Abandona el cerco de Madrid y se enfila por la calurosa autopista que habrá de desembocar en su tierra levantina. A esta hora de la siesta reluce entre los claroscuros de abril un imponente sol de agua. No le gustaría que la lluvia ensuciase su flamante Sportage. Quita la radio cuando ve a la pareja de la Guardia Civil. Le…